Monday, December 16, 2013

Homo Homo Sapiens


El vigilante fronterizo iba sin apuro hacia el lugar donde habían reportado el aterrizaje de una avioneta supuestamente cargada de drogas. Pasando cerca de un matorral, oyó un ruido extraño y descubrió a dos hombres revolcándose desnudos. El militar, que no tenía ánimos para bicocas, limitó su discurso a un regaño amistoso: - A ver, par de maricas, si desaparecen rápido de aquí, que no estoy para ustedes.
 
Uno de los aludidos respondió ofendido: - Tú no puedes hablar conmigo en ese tono, yo soy un dirigente del Partido. Esas palabras cambiaron radicalmente la perspectiva del vigilante: desenmascarar a aquel cabecilla libertino parecía una tarea más importante que confiscar el contrabando. Sacó el arma de la funda y replicó con profesionalismo: - Pues ahora vas preso, so cabrón.
 
El ex funcionario recibió una condena de varios años de cárcel y, tras las rejas, murió.

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