Saturday, September 1, 2012

Pobre Blancanieves


Caperucita se dirigía a la casucha de los siete enanos para darle a Blancanieves la buena nueva: había hecho añicos el espejo mágico de su madrastra. Se preguntaba cuales serían las albricias. Quería que su amiga la acariciara, pero Blancanieves era tan seca con ella, aunque la embelesaba con el hechizo de sus ojos azules.

Al fin llegó a la casa, empujó la puerta y entró. Le parecía haber escuchado un ruido en la planta alta y subió sigilosamente.

Lo que vio la dejó horrorizada. Blancanieves estaba acostada desnuda y uno de los enanos se disponía a violarla, mientras sus seis hermanos mantenían inmóvil a la pobre chica. Cuando la erección estaba en su apogeo, el enano cubrió su virilidad con un calcetín de nailon como medida de protección y se acercaba a la joven para ejecutar su malvado designio. Caperucita no esperó más, ella agarró un bastón que tenía a mano y entró al dormitorio gritando improperios a los pigmeos pervertidos del bosque y repartiendo palos por doquier. Los enanos bajaron las escaleras atropellándose y salieron corriendo de la casa.

Después de calmarse, Caperucita miró con ternura a su amiga y dijo: -"Llegué a tiempo". Blancanieves contestó en voz muy baja: -"Sí, fuiste muy oportuna, ya sólo quedaba el último enano y yo estaba completamente extenuada"…

4 comments:

  1. Jajajajaja... yo soy un poco más retorcida Jorge... y pensaba que el final era que Caperucita se liaba con la Blanqui... jajajaja.
    Qué gracioso el micro.
    Besos.

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  2. Esta versión no la conocía, jajajaja, me parto. Saludos

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  3. Esto... una auténtica escena pornográfica o erótica. Yo me quedo con la visión erótica, una perversión fantástica. A Caperutica debieron ponérsele los mofletes coloraos... roja que es ella.
    Un saludo, Jorge

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  4. Caperucita, quería decir, menuda pifia.

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